Estudio dice que carga no causó desplome de techo del Jet Set

Un estudio realizado por el ingeniero estructuralista Juan José Ramírez García concluyó, de forma preliminar, que se descartaba que el peso en el techo de la discoteca Jet Set provocara su desplome, como ocurrió.
El colapso del techo del centro de diversión ocurrió el ocho de abril de este año causando la muerte de 236 personas y más de 100 heridos.
Según el informe del ingeniero Ramírez García, “el peso total de los equipos instalados en el techo del edificio donde operaba el centro de entretenimiento Jet Set era cuatro veces menor que la capacidad estructural que exige la normativa de construcción dominicana vigente en el momento en que se levantó la edificación”.
En una nota de prensa, el profesional dijo que hizo un ejercicio de observación técnico, a partir de imágenes e informaciones obtenidas, tras la tragedia ocurrida en Santo Domingo.
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El documento descarta que la carga de los aires acondicionados y tinacos haya provocado el colapso, una hipótesis que circuló ampliamente en medios de comunicación y redes sociales.
El total de la carga
“Según las mediciones realizadas, el peso combinado de estos equipos no superaba las 11,915 libras, mientras que el techo estaba creado para soportar al menos 49,590 libras, según los estándares establecidos por la Ley 675, vigente entre 1972 y 1973, cuando fue construido el inmueble”, dice el documento.
Agrega que, en términos proporcionales, la carga real representaba apenas el 24 % de la resistencia esperada, lo que, en palabras del propio Ramírez, «elimina cualquier duda sobre una posible sobrecarga estructural».
Sobre la cubierta del edificio se encontraban instalados diez unidades de equipos de aire acondicionado, cuyas especificaciones técnicas fueron obtenidas directamente del suplidor.
Dice que el peso total de estos equipos era de 7,745 libras (3,513 kilogramos). A esto se sumaban dos tinacos plásticos de almacenamiento de agua, cada uno con capacidad de 500 galones. Considerando al menos uno de ellos completamente lleno, se calculó una carga muerta adicional de 4,170 libras (1,892 kilogramos), correspondiente al peso del agua (3,905 libras) más el peso del recipiente.
“En conjunto, la carga total efectiva estimada sobre el techo era de 11,915 libras (5,405 kilogramos), distribuida en una superficie de aproximadamente 150 metros cuadrados”, indica el informe.
Este conjunto de cargas -enfatiza el documento- representa una presión distribuida muy por debajo de la carga viva mínima exigida por la normativa dominicana vigente al momento de la construcción del inmueble.
“El informe también desmiente otras teorías difundidas sin sustento técnico, como la posibilidad de una explosión estructural o el efecto acumulado de goteras. En el primer caso, aclara que los elementos de hormigón armado no producen explosiones ni ondas expansivas cuando fallan, y que los ruidos percibidos son producto del impacto al colapsar”, detalla el documento.
En cuanto a la presencia de humedad, afirma que esta no tiene la capacidad de generar por sí sola un colapso estructural de tal magnitud.
Falla crítica en la integridad estructural del techo
Los hallazgos más reveladores del estudio del Ramírez García apuntan a una falla crítica en la integridad estructural del techo. «Las vigas no estaban debidamente conectadas a las losas ni entre sí. No existían anclajes visibles, y muchas de las piezas recuperadas tras el colapso no presentaban grietas o rupturas. Estaban simplemente sueltas», puntualiza.
- El techo, según el informe, se comportó como un conjunto de piezas aisladas, sin capacidad de redistribuir cargas, lo que generó un colapso en cadena.
La investigación preliminar también plantea escenarios alternos que podrían haber detonado el colapso progresivo, entre ellos un posible hundimiento por asentamiento del terreno debido a una cavidad oculta bajo alguna fundación, o un deterioro avanzado de los elementos estructurales por corrosión inducida por ambientes húmedos y salinos, tras más de 50 años de exposición.
Como conclusión, el ingeniero Ramírez García advierte sobre las limitaciones técnicas actuales del país para abordar una investigación estructural de esta magnitud y sugirió la incorporación de una firma internacional especializada en diagnóstico de colapsos, a fin de garantizar «una investigación rigurosa, creíble y útil para evitar tragedias similares en otras edificaciones vulnerables».
Sobre el autor
Ramírez García es especialista en ingeniería sismorresistente con más de 24 años de experiencia profesional y miembro fundador de la Sociedad de Ingenieros Estructurales de la República Dominicana (Sinedom).